lunes, 26 de julio de 2010

Ella Vive

Mucho hablarán de ella hoy, seguramente muchas fotos de esa bella mujer graficarán en los diarios las solicitadas de los gremios, saldrán los políticos a exaltar su figura, se levantaran las voces de mujeres dirigentes recordando el voto femenino, escucharemos a una Cristina conmovida, imitandola sin suerte. También veremos a un Néstor prepotente, suavisar su voz para nombrarla. La television nos mostrara muchos rostros, internet desde sus redes sociales se llenará de frases recordatorias, como volveré y seré millones, algo que nunca dijo o si?
Hoy  todos los dirigentes “peronistas” olvidarán sus ambiciones por un rato para honrarla a ella.
Y Ella  dice…
En un día como hoy donde algunos hipócritamente recuerdan mi muerte…”Confieso que no me duele tanto el odio de los enemigos de Perón como la frialdad, la indiferencia y la ambicion, de los que debieron ser amigos de su causa maravillosa”.
“Son enemigos del pueblo porque no servirán jamás sino a sus intereses personales. Yo los he perseguido en el movimiento peronista y los seguiré persiguiendo implacablemente en defensa del pueblo. Son  caudillos. Tienen el alma cerrada a todo lo que no sean uds.. No trabajan para una doctrina ni les interesa el ideal. La doctrina y el ideal son uds…”
Por eso a mis queridos descamisados les digo…a estos ” hay que buscarlos y marcarlos a fuego para que nunca se conviertan o vuelvan a convertirse en dueños de la vida y las haciendas del pueblo. Deben rechazarlos y destruirlos cuando los vean sedientos de riqueza, de poder o de honores. La sed de riquezas es fácil de ver. Es lo primero que aparece a la vista de todos. Sobre todo a los dirigentes sindicales hay que cuidarlos mucho. Se marean también ellos y no hay que olvidar que cuando un político se deja dominar por la ambición es nada más que un ambicioso; pero cuando un dirigente sindical se entrega al deseo de dinero, de poder o de honores es un traidor y merece ser castigado como un traidor. El poder y los honores seducen también intensamente a los hombres y los hacen ambiciosos. Empiezan a trabajar para ellos y se olvidan del pueblo. Esta es la única manera de identificarlos. El pueblo tiene que conocerlos y destruirlos. Solamente así, los pueblos serán libres. Porque todo ambicioso es un prepotente capaz de convertirse en un tirano. ¡Hay que cuidarse de ellos como del diablo!
Por último…”He sufrido mucho, pero mi dolor valía la felicidad de mi pueblo y yo no quise negarme -no quiero negarme-, acepté sufrir hasta el último día de mi vida si eso sirvió para restañar alguna herida o enjugar alguna lágrima. Pero Dios me llevó del mundo y yo quise quedarme con mi pueblo, y mi corazón y mi cariño y mi alma y mi fanatismo seguirán  con mi pueblo, seguirán viviendo en Uds., haciendo todo el bien que falta, dándoles todo el amor que no les pude dar en los años de mi vida, y encendiendo en sus almas todos los días el fuego de mi fanatismo que me quema y me consume como una sed amarga e infinita. Yo estaré con Uds. para que sigan adelante por el camino abierto de la justicia y de la libertad hasta que llegue el día maravilloso de los pueblos”.
Hace 58 años ella paso a la inmortalidad, no quiso nada para ella. Dejó en el camino jirones de su vida, y  nosotros recogeremos su nombre y lo llevaremos como bandera a la victoria.”
De aquella mujer sólo sabemos que el pueblo la llamaba, cariñosamente, Evita.
 
Jazmin Sal